Los Mayordomos
El otro día me tiré a leer una novela del Septimo Círculo. Está buenísimo leer policiales de hojas amarillas y tapas cubistas de vez en cuando. Era una historia que se desarrollaba en una clínica psiquiátrica aristocrática y todos los personajes parecían los que uno se puede encontrar hoy en las clinicas psiquatricas, solo que que en la vida real son mas tontos y miserables, en general.
La acción va de la mano de asesinatos encadenados que llegan a un gran final, donde se revela la trama.
Lo que me llamó la atención es que durante todo el tiempo de lectura tuve que hacer un esfuerzo conciente de no pensar la trama, porque suponía que si le daba dos vueltas, iba a sospechar quien era el asesino y se perdía la gracia. Así que me corderizé y fui creyéndome todas las falsas pistas que dejaba el autor.
No sé si hubiese llegado al asesino si "pensaba" la novela, pero claramente, el único destino placentero frente a la obra de misterio es ser engañado.
Se nota, en cosas como éstas, la epidemia actual de cinismo (y la paranoia que lo consiste). Dejarse engañar es casi como ir en contra del self!
(no es esta la novela)