Lo que nos salva es el microuniverso personal

La semana pasada, en otra vuelta de esta historia cíclica de ajustes económicos, represiones y rebeliones sin brújulas que hacen a la Argentina, muchos se emocionaron de ver a la gente protestando espontáneamente y logrando echar por la puerta de atrás al ministro de economía que pasó por gobiernos militares, peronistas y radicales y por el techo, al presidente que sólo escuchaba a sus hijitos. Hoy (en este momento) en el salon de la casa de gobierno, Barrionuevo (presidente de Chacarita, gremialista y senador), Daer y Moyano ocupan el micrófono que debería estar usando alguien mas (muchisimo mas!) inteligente y sensato.

Entonces, que hacer? Bueno, apagar la tele, conformarse con la irreversibilidad de la muerte de Perón y Camps y refugiarse en el microuniverso personal, que es el que nos da la energía suficiente como para satisfacer nuestra sensación de "vida".

Cocinar en las cacerolas algo rico para compartir con los amigos, mientras de fondo suena bien fuerte El Pussycat de los skatalites.

En mi Microuniverso personal, Stephin Merritt es ministro de placer intimista y yo soy "el comandante de tu parte de adelante", como dijera el mejor de los peores del mainstream (Andrés, claro).