Sunday, March 31, 2002


[politica cultural] Alpargatas, alpargatas y alapargatas

En un reportaje, el ministro de cultura (está claro que la palabra ministro anteponiéndose a cultura es indicativa de que hablamos de la cultura oficial, la muerta), dice las siguientes cosas:
"Entiendo que hay diferentes públicos y estéticas, pero estas cosas solían tener una fajita que advertía que eran inconvenientes para chicos. Me parece mal que no se haya previsto algo, un prólogo, una aclaración, para que cuando vaya a una biblioteca popular la gente sepa que este material debe ser manejado con cuidado. No digo no leerlo, no soy nada pacato, pero hay que resguardar cierta ingenuidad de emoción y de pensamiento".
[Acerca de una poesia que dice: "El salteño petiso y jetón/ de lejos con aire a Housemann,/ lo embocó de entrada/ y después se desquitó con la hijita/ coreanita de 13 años (...)"]

En otras palabras, se añora una especie de "Parental Advisory : explicit lyrics" criollo. Censura, bah. Tipica mente peronista: "todo lo que escapa a mi estrechísima visión del mundo, pintada por un militar demagogo, no sirve y debe ser excluído".



"Hay cosas que nos unen: una bandera, ciertas músicas, ciertos bailes: eso es parte nuclear de nuestra identidad. Ciertas fechas nos unen, también. Por eso, para mí este año los tres grandes hitos —como diría Les Luthiers— van a ser tres fechas: 25 de mayo, 9 de julio y 17 de agosto"

No hay nada mas emocionante que los chicos pintados con corcho quemado gritando "empanadas calientes que queman los dientes". Emocionante de verdad.


Pregunta—También es cierto que la identidad cultural argentina es muy diversa y compleja. Hay una tradición fuerte de vanguardias y corrientes de renovación estética; baste mencionar a Xul Solar y el Di Tella.
Respuesta—No desconozco las renovaciones culturales que tuvo y tiene nuestro país. Pero por ahí no es malo hoy recordar de dónde venimos. El riesgo, cuando se habla de cuestiones vanguardistas, es que quien avanza mucho se olvide del que viene atrás. Alguien decía que el ritmo de la marcha lo marca el que va más lento.

50 años después, volverían a mandar al mejor escritor de sudamerica a inspeccionar ferias. Mas y mas alpargatas.





Tuesday, March 26, 2002


[cine] Bolivar soy Yo

Lo bueno de un pais en llamas es que uno alcanza la felcidad con poca cosa; pasar unos dias de marzo en Mar del Plata, rodeado de viejos (de todo tipo: ruidosos, interesantes, catastróficos, gays, coroneles retirados, etc) se hace una aventura hedonística, cuando ademas está el Festival de Cine.
Cuatro dias antes del fin, al salir de ver Bolivar soy yo, pensé que era la película que se merecía el Ombu de Oro (como si significase algo). Temía que el hijo de Palito Ortega se llevara los laureles con su Opera Prima (financiada con las coimas que cobraba su papá? o quizas con los negociados de la época verde oliva?). En fin, igual le inventaron una "mencion del jurado" para dejar tranquilo a los muchachos lobistas. Pero el Ombu , el premio groso, se lo dieron a Bolivar...(me estaré volviendo viejo, que coincido con los jurados??)
Bolivar soy Yo es una película que está buena porque es latinoamericana. Porque tiene sutileza. Porque descubre una forma de "dar mensajes" (casi que no existe pelicula latinoamericana que escape a esa pulsión) de forma directa e inteligente. Un actor que encarna a Bolivar en una telenovela, de pronto siente que está traicionando al hombre histórico y sale decir las "verdades bolivarianas" en la Colombia actual. Y en vez del bodrio grasa (con discurso de estatua bronce) que harían acá , los colombianos lograron algo ameno.
Lo que sí: hay que aguantar el reflejo de escapar de la sala cuando aparece la actriz que hace de productora. Se ve que estudió actuación con el Facha Martel.
Ojalá aprendan un poquito los directores argentinos (que debrían estar presos por gastar el dinero de nuestros impuestos en esos caprichos mediocres y boludos que insisten en llamar "obra").


[cine] El talento Coen que nunca estuvo

En los últimos años, ver una película de los hermanos Ethan y Joel Coen era casi una garantía de ver algo entretenido. Una especie de almendrado, con buena crema y trocitos de humor negro, ironía y aventuras inteligentes. Ah, y ademas estaba Turturro. Bueno, en "El hombre que nunca estuvo", no hay nada de eso. Es un helado de agua con gusto a agua. El guión no llega a nada (parte de nada). La fotografía es tan aburrida como una banda de pub (excelente desde la técnica, mediocre para provocar algo). Los personajes son abúlicamente normales (a pesar de que se huele un intento por hacerlos grotescos). La historia es una gallina que nunca levanta vuelo. Y encima Joel deja escapar la posibilidad de lavar un poco el sabor a nada que deja el filme y en vez de terminar la pelicula con una abducción extraterrestre que salve al protagonista de la silla eléctrica, insiste en continuarla 20 minutos más.
Ya está, intentaron ganar un Oscar con este bodrio y apenas los nominaron. déjense de joder y vuelvan a Turturro.